...Y su doble: librería y anexos cutáneos

¿Amamos la lectura? Sí ¿La amamos sinceramente? Sí ¿Amamos nuestros libros? Sí, pero en un sentido estético preferimos verlos caídos en las manos de quienes los desean rabiosamente. Esto es una librería para nosotros y creemos que sin este tipo de librerías nos hallaríamos dentro y a merced de una marejada de libros que nos sobrepasan en número y se encuentran dispuestos a aplastarnos. Leer más...

…Y SU DOBLE: Artaud de todo: libros y anexos cutáneos

¿Amamos la lectura? Sí ¿La amamos sinceramente? Sí ¿Amamos nuestros libros? Sí, pero en un sentido estético preferimos verlos caídos en las manos de quienes los desean rabiosamente. Esto es una librería para nosotros y creemos que sin este tipo de librerías nos hallaríamos dentro y a merced de una marejada de libros que nos sobrepasan en número y se encuentran dispuestos a aplastarnos.
Hay “la librería” para cada lector. Hay la librería que posibilita la lectura, la librería que intensifica el apetito por los buenos textos, la que no apacigua el deseo de hojear libros una y otra vez, la que alcanza siempre una curiosidad, la que aloja amablemente, la que admite cualquier pregunta, la que invita, estimula y sienta bien, etc. Así como hay “la librería” hay “el lector”. Hay el lector rogando maravillosamente al cielo, apelando al universo bajo el atractivo intenso de lo imposible. Hay el lector para cada librería, para nosotros hay el lector e iremos siempre en su búsqueda.
“…Y su doble” es una de esas librerías, nadie podría dudarlo. Una librería que soporta algo del misterio del teatro, algo de la perpetuidad de la milonga, algo de la perplejidad ante lo humano y algo del horror de las bibliotecas. Una librería que, por sobre todo, soporta el disfrute de quienes la habitamos.
Las inscripciones que como emblema se pueden observar “Artaud de todo” y “Libros y anexos cutáneos” existen en un principio de perseverancia o en algún imperativo de obstinación en transmitir el amor a los libros, el amor a la lectura o a las bellas historias. Si existe tal empeño alcanza su punto en el sueño que hemos tenido muchos de abrir una librería. Un espejismo mágico donde los desquiciados y los impertinentes claman por sus libros.
Si el dilema es vivir o leer, la respuesta será inequívoca: viviremos leyendo. Los lectores y los libreros amamos nuestros tormentos y no será sencillo apartarnos de ellos.